domingo, 3 de abril de 2011

Gallina el que no entre

Gallina el que no entre en la Cueva de Las Palomas alumbrados con alpargatas viejas.

Ya habían pasado varios años del Volcán, era por el ‘53 o ‘54 (1953-1954). Yo era chico, pero todavía me acuerdo. Una tarde, dos amigos y yo, nos porfiamos para entrar en La Cueva.

Para alumbrarnos buscamos tres alpargatas viejas de goma y las machucamos con dos piedras por la parte de ‘alante (por donde quema mejor), aunque también buscamos tablas viejas de tea pero no las encontramos, ...se ve que teníamos prisa por entrar.

La entrada, no sé si estará como antes, era como un hoyo pal’suelo primero y luego estaba la verdadera entrada. Yo lo recuerdo porque casi se me rompen las alpargatas y uno en esa época, no tenía tantos zapatos como ahora.

Dentro de la cueva, después de caminar un rato, nos cogimos un gran susto porque escuchamos  a una paloma y allí debajo, el eco sonaba que daba miedo. A mi me sonaba a “corre tú corre tú” y salimos deprisa espantados. La cosa de la edad nos hizo pensar en un fantasma.

Dos años más tarde, volvimos a entrar sin miedo a las palomas y bien ataviados, con una linterna, de esas que venían de Venezuela, una “Winchester” de las que había muy pocas y un quinqué.

Y, otra cosa, yo desde siempre la conozco como Cueva de Las Palomas y a la vista está, que Las Lajas pertenece a Las Manchas, que me perdonen los técnicos porque soy casi analfabeto, pero eso de Tubo volcánico de Todoque, se lo inventaron ellos.

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Un vecino de Las Manchas de Abajo que vivió el Volcán en primera persona.
(como bien dice: "uno de tantos")